¿Fuiste a la marcha del 30 de agosto?

22.10.08

Viaje Mágico

Si antes tenía gran respeto por las personas ciegas, ahora es el doble. La sensación de no poder ver, de sentirse aislado, casi indefenso, es algo que provoca una gran desesperación. Pero esta desesperación, puede ser mejor llevada cuando tienes gente de tu confianza a tu lado.
Todo empezó cuando en la clase de Astrid, ella llegó con una bolsa llena de paliacates (Que olían raro…XD) para vendarnos los ojos. Después de cegarnos y de tomarnos de la mano haciendo una fila, Astrid nos guió a través del estacionamiento de nuestra facultad, llevándonos al otro plantel. Aquí fue donde la situación se puso más agresiva, pues los coches, los arbustos y los postes insistían en atravesarse en nuestros pasos.
En el área de medicina, sobre todo, nuestros compañeros estudiantes dieron rienda suelta a sus más bajos instintos: desde zapes y golpes, hasta nalgadas y torteadas (En el caso de las mujeres…) Gracias a Dios, nuestra querida maestra Astrid salió en nuestra defensa, pues era nuestra guía y enlace con el mundo visible.
En medio de la oscuridad y de la incertidumbre, sentí como si le hubiéramos dado la vuelta a toda la Universidad, la cual, por cierto, es más grande de lo que me imaginaba.
Muchas veces, la desesperación se hizo presente entre algunos integrantes de la viborita ciega, e incluso algunos llegaron a la situación de hacer trampa… Pero otros supieron mantenerse calmados y ordenados, entre ellos mis compañeros de mano, quienes supieron comportarse a la altura de las circunstancias.
Siento que, si el grupo no se desintegró a los 2 minutos, fue porque existía confianza entre sus miembros, así como hacia Astrid, quien como ya mencioné, fue nuestros ojos durante la expedición.
Después de caminar y caminar, llegamos al campo de fútbol, donde recibimos una fresca y húmeda sorpresa por parte del jardinero… y de los aspersores de la Universidad. En mi caso, por suerte, me hallaba en un punto ciego (Oh, la ironía…) entre el grupo de aspersores, por lo que casi no resulté mojado. Algunos compañeros, sin embargo, si dieron la mojada de su vida… al parecer no había agua en su casa, o algo así.
Si bien no encontré una relación directa entre la clase y esta actividad, el sentimiento de confianza que se generó, y la diversión que tuvimos durante ese rato, fueron realmente de lo mejor que hemos hecho desde que entramos a la carrera.

“Esta agua está muy mojada”
El Chavo del 8

No hay comentarios: