Un mal destino

Carlos era un niño de muy buen carácter, era muy atento, comprensivo y dedicado a todo sus deberes, realmente era un gran ejemplo a seguir. Le encantaba en especial la escuela, no nada mas en su nivel académico el cual era excelente, sino sus grandes amigos que tenia: Patty joseTal vez eran pocos amigos, pero lo cierto es que este tipo de personas están al borde de la extinción.

Era el inicio de un divertido verano, ellos estaban extremadamente ansiosos porque llegara el día q pudieran pasar toda la tarde jugando en la playa, ver la tele un rato en casa de alguno de ellos, lo que sea, una merecidas vacaciones. Lo único de diferente en esta ocasión era que no regresarían a la misma escuela después de estas vacaciones porque el próximo ciclo ya no era la primaria, en la cual pasaron unos maravillosos seis años juntos compartiendo un sinfín de cosas y experiencias muy bonitas.

Pasaron aproximadamente dos meses, la cual se la pasaron muy bien los 6 juntos, eran un gran grupo pero lamentablemente el tiempo sigue su curso y tenían que pasar a otra etapa mas de sus vidas. Carlos dijo: “Nuestra amistad no cambiara, solo que nos veremos menos, eso es todo, seis años no pasan así como si y menos aun con este tipo de amistad que se que es muy fuerte”. Al menos eso pensaban ellos.

El primer día, todo era muy extraño para Carlos, obviamente que no conocía ni una sola persona, y el ambiente era muy distinto. Dijo Carlos: “Tal vez sea así los primeros días pero se que mejorara. Paso mas de una semana y todo seguía igual. Un día, mientras Carlos estaba desayunando fuera de su salón de clases, y se les acerco un grupo de muchachos, tal vez de unos dos o tres años mayor que el, pero muy buena onda, amigueros, muy abiertos y nada que ver con la timidez, cosa que para el era algo nuevo. Aparentemente se la pasaba bien con ellos, diario pasaban por el a su salón de clases para invitarlo a desayunar juntos. Con el tiempo, Carlos se empezaba a llevar mas con ellos, ya hasta iba a casa de alguno de ellos, por lo menos una vez por semana, mínimo, Con el transcurso de las semanas, Caros ya no se preocupaba tanto por su escuela, descuido a sus antiguos amigos, y no le importaba mas que divertirse con los nuevos, prácticamente ya no era el mismo.

Llego el día de su cumpleaños, y sus amigos de la secundaria decidieron hacerle una fiesta sorpresa, era viernes y sabia exactamente en casa de que compañero lo encontrarían, uno de ellos dijo: “esta será la mejor fiesta que podría tener en su vida”, y otro mas comento: “esto si será vida para el”.

Era las 7:00 de la noche y Carlos se dirigió a casa de Sheila, una amiga de su grupo, y como era de esperarse: “¡Sorpresa!” gritaron todos, Carlos esperaba sus regalos, que le cantaran y vieran un par de películas, pero en cuanto paso la emoción de la sorpresa vio que entraba, y entraba mas, y mas gente, gente que ni el conocía, chavos con botellas, bocinas para sonido, comida chatarra. Ya ni lo ponían atención, el en un rincón sobre un sofá tomando un vaso de refresco, llego una chava y le dijo: “vente con nosotros, estamos platicando”el vio que en ese grupito todos estaban fumando, era tanto el humo del cigarrillo que casi no se podía ver y menos con la poca luz que había, el jamás había fumado y ni en su familia lo hacían, pero no creyó que le molestara ese pequeño detalle, al menos el pensaba eso. La noche fue algo aburrida para el, veía como se divertían, bueno, eso intento ver, porque entre tanto humo de cigarrillo veía nada. El pensó que se acostumbraría a esto, y que era lo mas normal. Sus “amigos” seguían igual, fiesta tras fiesta, todas eran iguales, alcohol, cigarrillos, a veces hasta drogas de todo tipo, Carlos nunca entro en eso, ni lo intento en ninguna ocasión.

Pasaron los años y el iba en el ultimo curso de secundaria, los amigos que había hecho cuando el acababa de entrar ya iban en bachillerato y los seguía frecuentando, pero ellos ya tenían mas amigos y a veces descuidaban un poco a sus viejos amigos, cosa que suele pasar. Una tarde, Carlos no quiso salir, se sentía algo cansado, era normal, ya casi no hacia ejercicio, no salía, y si lo hacia solo era para ir a fiestas como esas, pero esa tarde se sentía mas cansado de lo normal. Era de noche y empezó a sentir que no podía respirar, sentía que se asfixiaba, intento gritar; “¡Mama!”, pero no lo escuchaba, intento marcarlo a sus amigos pero jamás respondieron sus celulares. Al día siguiente amaneció y su madre nunca vio que saliera para ir a la escuela, no escucho ruido, para ella fue muy extraño, el siempre se levantaba, nunca faltaba a clases, si llego muchas veces tarde pero jamás falto, asique subió a buscarlo a su cuarto, y le grito: “Carlos, levántate, hijo , al menos párate a desayunar!, pero no respondía, ni si quiera se despertó, su mama se acerco y cuando vio, Carlos nunca iba a despertar, el era asmático y no pudo soportar mas.