No querer creerlo
Cuando una enfermedad reposa en notros, no lo queremos creer y mucho menos aceptar, pero cuando esta presenta en la adolescencia uno cree que nada le puede pasar, no entendemos el porqué ni que es, ni la gravead.
Estaba hace unos 4 años, tomando en cuenta que la joven ahora tiene 20, llamada Claudia, tenía una compañera en la prepa llamada Lucy con igual edad, osea 16.
Estaba empezando Claudia a tener una ronchitas cuando empezó a sentirse un poco mal y decidió decirle a sus papas sobre el asunto, ellos eran médicos y le diagnosticaron varicela, no muy grave si se trata, así que tuvieron que darle unos días de reposo.
Un día mientras Claudia reposaba, sonó el teléfono y para su sorpresa era su compañera Lucy, que a pesar de que los papas de Claudia eran los médicos de cabecera d Lucy, no la consideraba una amiga, tomando la llamada, Lucy le pidió que le dijera a sus papas de que ella también tenía manchitas como ella, que de seguro era la varicela.
Los papas de Claudia la fueron a ver y le diagnosticaron algo que no le querían decir a su hija.
Paso el tiempo y a Claudia se le quito la varicela pero su amiga Lucy no regresaba a clases.
Un día, Lucy regreso y se veía muy demacrada, casi sin cabello y muy delgada, pero siguió un tiempo más en la escuela, hasta que se tuvo que despedir de todos, sin saber el porqué.
La mama de Claudia le dijo que tenía algo muy grave, asi que decidió mejor preguntarle y querer una respuesta obvia, su mama le dijo que su compañera tenía leucemia fulminante y fue entonces que Claudia se saco de onda y no quería creerlo hasta que busco en internet, en libros, consulto con sus papas sin querer creerles, y se dio cuenta que en realidad su amiga no tenia varicela como ella había pensado, pues si tenía leucemia fulminante.
Ella se sintió muy mal, ya que su compañera siempre estuvo al pendiente de ella y preguntándole que por que a ella no se le quitaba tan rápido, y Claudia nunca fue como para estar un poco al pendiente de su compañera aunque no fuera su amiga.
A las dos semanas, los papas de Claudia le dijeron que su compañera había fallecido.
Claudia desde ese entonces empezó a creer en la amistad y a ser amable con los demás.
Cuando una enfermedad reposa en notros, no lo queremos creer y mucho menos aceptar, pero cuando esta presenta en la adolescencia uno cree que nada le puede pasar, no entendemos el porqué ni que es, ni la gravead.
Estaba hace unos 4 años, tomando en cuenta que la joven ahora tiene 20, llamada Claudia, tenía una compañera en la prepa llamada Lucy con igual edad, osea 16.
Estaba empezando Claudia a tener una ronchitas cuando empezó a sentirse un poco mal y decidió decirle a sus papas sobre el asunto, ellos eran médicos y le diagnosticaron varicela, no muy grave si se trata, así que tuvieron que darle unos días de reposo.
Un día mientras Claudia reposaba, sonó el teléfono y para su sorpresa era su compañera Lucy, que a pesar de que los papas de Claudia eran los médicos de cabecera d Lucy, no la consideraba una amiga, tomando la llamada, Lucy le pidió que le dijera a sus papas de que ella también tenía manchitas como ella, que de seguro era la varicela.
Los papas de Claudia la fueron a ver y le diagnosticaron algo que no le querían decir a su hija.
Paso el tiempo y a Claudia se le quito la varicela pero su amiga Lucy no regresaba a clases.
Un día, Lucy regreso y se veía muy demacrada, casi sin cabello y muy delgada, pero siguió un tiempo más en la escuela, hasta que se tuvo que despedir de todos, sin saber el porqué.
La mama de Claudia le dijo que tenía algo muy grave, asi que decidió mejor preguntarle y querer una respuesta obvia, su mama le dijo que su compañera tenía leucemia fulminante y fue entonces que Claudia se saco de onda y no quería creerlo hasta que busco en internet, en libros, consulto con sus papas sin querer creerles, y se dio cuenta que en realidad su amiga no tenia varicela como ella había pensado, pues si tenía leucemia fulminante.
Ella se sintió muy mal, ya que su compañera siempre estuvo al pendiente de ella y preguntándole que por que a ella no se le quitaba tan rápido, y Claudia nunca fue como para estar un poco al pendiente de su compañera aunque no fuera su amiga.
A las dos semanas, los papas de Claudia le dijeron que su compañera había fallecido.
Claudia desde ese entonces empezó a creer en la amistad y a ser amable con los demás.
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