Crónica de un día en la clase de T.E.O.E.
Por Miguel Rodríguez Suárez
C. de la Comunicación, 1010
Este día once de Agosto del 2008, tuve mi primera clase de Taller de Expresión Oral y Escrita en la Villa Rica. Nos recibieron de una forma de lo más inesperada: uno de los estudiantes de séptimo semestre aparentó ser el maestro, mientras que la profesora se mezcló entre el alumnado.
Después de esta sorpresa, la profesora Astrid (A partir de este momento, nos referiremos a ella simplemente como “Astrid”) decidió darnos un pequeño tour (“Una vuelta”, en español) por las instalaciones de la Universidad. Primero pasamos por el edificio de Ciencias de la Comunicación, el cual ya conocía de visitas anteriores; de ahí pasamos al área de Arquitectura, donde podíamos ver algunos de los trabajos elaborados por los alumnos.
Nos trasladamos después al edificio principal, donde se encuentran otras licenciaturas como Derecho, Psicología, Administración, Medicina y Odontología. Lo más importante de esta área es la existencia de la cafetería principal, punto de encuentro para los estudiantes de todo el plantel.
También tienen un centro de copiado dentro de las instalaciones, para ahorrarnos la molestia de salir a sacar copias (Ciertamente piensan en todo).
Astrid nos llevó hasta el estacionamiento, junto al cual encontramos lo que sería la “Zona Deportiva” de la Universidad. Hay canchas de fútbol, de básquet y una alberca olímpica, todas ellas en excelentes condiciones y a disposición de todos sus alumnos. Más adelante (Ya bastante lejos de nuestro punto de partida) se encuentra el anfiteatro de la Universidad, donde los alumnos de medicina tienen sus prácticas de disección. Varios prefirieron quedarse fuera y esperar. Mi idea sobre cómo era una de estos lugares, se veía un poco influida por las series y películas estadounidenses, pues el lugar no es realmente como yo me lo imaginaba. Parece un simple cuarto de hospital, de color blanco; no hay ningún olor extraño o perturbador; y ni un solo cajón en la pared. Todo se encuentra en perfectas condiciones y libre de contaminación. Sobre las mesas de disección había varios cuerpos embolsados, en un estado como de momificación. El doctor encargado del lugar nos explicó que los cuerpos son enviados desde universidades en México, como la UNAM, quienes ya los envían tratados para evitar el proceso de descomposición. El Doctor mencionó todas las prácticas que se realizan en el lugar, y lo importante que son para los alumnos según su rama de estudio. Incluso estudiantes de derecho y de psicología deben de vez en cuando darse una vuelta por ahí, nos comentó el doctor. Tras una larga pero interesante explicación del trabajo forense, retorné al salón para encontrarme con la noticia de que ya tenía tarea.
Así pasamos una gran clase del Taller E.O.E., ahora una de mis clases favoritas. :D
Actualización: (12/Ago/2008) Errores marcados han quedado corregidos. Gracias Astrid.
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