Mientras Don Fernando disfruta de otro cigarro, su hijo Abraham trata de contener la respiración. La pequeña sala no permite que el aire circule, y el humo se mantiene flotando por doquier.
Es el quinto cigarro en lo que va de la mañana, y Abraham se siente cada vez peor. El humo entra a su nariz, y siente como que se queda sin aire, como que se muere. Cada pausa de Don Fernando para leer el periódico es un respiro que Abraham aprovecha tanto como puede.
- Fidel y sus babosadas… así no llegamos a ningún lado (Fup, Fup, Humo, Humo)… si Calderón tuviera pantalones ya habría hecho más… (Fup Fup, Humo, Humo)… y como siempre los Tiburones andan de la patada... (Fup, Fup, Humo, Humo)
Aguanta, aguanta…”Perdió el América”… ¡RESPIRA!
Abraham ni siquiera pone atención a lo que su papá murmura entre dientes. Sólo se concentra en los momentos libres para respirar. Siente que el olor le entra por la nariz y le sube al cerebro. Siente que le da vueltas y lo golpean como piñata…
Aparece de pronto Dña. Claudia, la mamá de Abraham. Trae una revista bajo el brazo, y se ocupa en encender un cigarro
“Genial… otra chimenea…” es todo lo que pasa por la mente de Abraham.
- ¿Qué bien se está aquí, verdad?- Dña. Claudia toma asiento junto a su esposo.
Bueno, si acostumbras a trabajar en la fábrica de carbón…
-Ajá…- es todo lo que sale de la boca de Abraham…
Tiene ya un buen rato sin poder leer su libro. “El… ¿Cómo se llamaba? Quién sabe, tiene ya rato sin poder concentrarse. Era algo de la escuela, un trabajo, un encargo… De historia, eso sí lo recuerda…
- Mira, Fer, una pausa, gracias a Dios aquí dice que el Duque de Mónaco se va a casar con la Princesa de Austria Hungría ¿Austria Hungría? Ahí mataron a alguien importante ¿No? la que se divorció del Barón de Von Gröbel…
-Mhm…- lleno de interés, Don Fernando transmite su crítica y reflexiva respuesta. El América no juega tan bien sin Cuauh…
- Y también hay un artículo sobre Beckham… (Don Fernando parece regresar de su viaje astral) Victoria Beckham fue vista en Lisboa (Don Fernando vaga de nuevo en el infinito).
Abraham sigue en su propio trance. Tiene la cabeza entre las manos, apoyados los brazos sobre sus rodillas.
No es nada, ya pasará… (COFF, COFF…) Pasa todos los días…
Y es que desde que nació, aparte del amor de sus padres, lo que más ha recibido Abraham de su casa es nicotina y monóxido de carbono. Respira tanto como tose y el catarro, la gripe, y los dolores de garganta le pegan más que a nadie en su salón de clases.
Así, el humo ya es una parte casi imprescindible de su vida. Pero hoy es más insoportable de lo normal… le duele la cabeza, está mareado y siente que no toma suficiente aire.
Podría decirle a sus padres que apagan sus cigarros, pero ya se sabe las respuestas de memoria: “Tú no mandas aquí. Estoy en mi rato libre. Trato de descansar un poco. ¿Y si sales del cuarto? Déjame éste y ya…”
Abraham levanta el rostro y tras darse cuenta de que está viendo borroso, decide irse a su cuarto para poder seguir estudiando. Pero al momento de pararse, siente como si lo golpearan muy fuerte en la cabeza, seguida de una presión aguda en el pecho.
Su padre le dice algo.
-OOOOUUUAAAUUUOOOONNNNEEEEEEAAAAAUUUUUSSSSS…
¿Qué? ¿QuÊ? ¿qué? ¿QUÉ?...
La cabeza de Abraham es como un trompo a mil por hora (El monóxido de carbono invade los pulmones y el torrente sanguíneo, bloqueando la actividad cerebral.)
Lo que dicen sus padres, lo que ve, ahora son percepciones borrosas…como ideas difíciles de recordar (Los sentidos se ven afectados por las fallas neurológicas, cesando también su adecuado funcionamiento.)
Un dolor en el pecho, y la falta completa de aire (La circulación de oxígeno es prácticamente nula, la sangre no se desplaza correctamente a través del sistema circulatorio. El ritmo cardiaco y pulmonar es prácticamente nulo.) hacen que Abraham caiga fulminado sobre la alfombra, mientras sus padres corren hacia él.
Abraham se ha convertido en una estadística más.
¿Fuiste a la marcha del 30 de agosto?
29.9.08
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