¿Fuiste a la marcha del 30 de agosto?

29.9.08

EL PASIVO

En Querétaro, se encuentra el colegio Baltimore; son las 7 de la mañana y los jóvenes tienen su primera clase del día, Ciencias de la Salud con Roció una señorita recién egresada de la universidad, con unos 23 años de edad, blanca, casi transparente, pequeña y delgada parecía que se rompería, pero por mas intentos que hacía para impartir su clase sobre el cigarro y las consecuencias como enfermedades cardiacas, respiratorias y tumores cancerígenos, los jóvenes simplemente no le hacían caso y la mayoría del alumnado con ella se dormía o simplemente se perdían en su imaginación el hecho era que nadie ponía atención.
La alumna Gabriela Torres una jovencita de 17 años, delgada, ojos azules y con mucha personalidad, era la rebelde del salón siempre desafiando a los maestros y manipulando a los alumnos para poner a todos en contra de las normas de aquella institución , ella había probado el cigarrillo a los 15 años de edad, ya la habían expulsado durante 3 días por que la atraparon fumando en el baño de las niñas; así que no le importaba la clase de salud para nada, ella ya sabía las consecuencias del cigarro pero no le importaba. Transcurrieron los años y Gabriela ahora toda una universitaria seguía con este vicio por más que sus amigos, familia y su novio la intentaban convencer de que se estaba haciéndose daño, no lo dejó.
Gabriela durante toda su carrera de derecho ella era evitada no por su carácter ni por su personalidad, era por el cigarro que a muchos lugares no lo permitían entonces ella prefería estar con su cigarro afuera esperando a sus amigos que en el restaurante, cine, etc. Y así era ella, no le importaba fumar decía que era su vida, era su cuerpo que podía decidir sola y que no le hacía daño a nadie.
Carlos de 28 años, alto, blanco, castaño oscuro y ojos almendrados, el novio de Gabriela que nunca le gusto su vicio pero se enamoro perdidamente de ella le propuso matrimonio en un parque con 100 rosas, se casaron el 23 de febrero, ella y su esposo ahora Vivian juntos en el edificio 364 en la avenida Roma, departamento 2, toda la relación iba perfecta con el sueldo de ella como abogada y el de él como arquitecto estaban remodelando su hogar y llego una noticia inesperada y encantadora Gabriela quedo embarazada pero ella seguía fumando a escondidas, al mes con la visita del doctor, el doctor se dio cuenta y le advirtió que si no quería perder al niño tenía que dejar el cigarro, ella estaba muy triste por la noticia dada pero con mucha voluntad dejo de hacerlo así el bebe nacería sano, pasaron 8 meses y ella ya estaba dando a luz a su hermoso niño poniéndole el nombre de Armando, ella apenas llego el bebe al mundo, volvió a su horrible vicio entonces a los 3 años de edad Armando se puso pálido y lloraba todo el tiempo, y rápidamente lo llevaron con el doctor, Carlos y Gabriela.
El doctor después de revisarlo, su expresión se veía confundido y pido que la pareja saliera un momento, después de hacerle unos análisis salió del cubículo, se encontraba con una cara de desconcierto entonces preguntaron al doctor
Carlos- ¿Qué paso? ¿que tiene mi hijo?
Doctor- (triste) los resultados de los análisis…
Carlos-(interrumpiéndolo)¡¿Qué tiene mi hijo?!
Doctor- tiene un tumor cancerígeno, y le queda poco tiempo de vida
Gabriela- pero cómo es posible mi hijo no fuma, solo tiene 3 años de edad
Doctor-fuma alguien cercano a su hijo, le hace más daño al fumador pasivo que al fumador activo, el fumador pasivo es el que respira todo ese humo y lo daña aunque también al fumador activo que es el que fuma también le hace daño pero no tanto como a los que rodea.
Así Gabriela se dio cuenta al fin que el cigarrillo te consume y no solo al que fuma si no a los que más quieres, ella tuvo que aprender esta lección con la pérdida de su hijo.

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